martes, 27 de octubre de 2009

¿Qué ves cuando me ves?

¿Qué ves cuando me ves?
Cuando la mentira es la verdad

En la película “La Máscara”, Jim Carrey interpreta a Stanley Ipkiss, un perdedor que se enamora de la bellísima novia de un gangster. Un amor claramente imposible. Pero su vida cambia totalmente cuando encuentra una misteriosa máscara flotando en el río y se la lleva a su casa. La máscara, representa a Loki, dios nórdico de la oscuridad y la travesura. Stanley siente el impulso de ponérsela y cuando lo hace, la máscara se adapta a la forma de su cara y surge de él, el lado reprimido de su personalidad. Convertido en superhéroe de comic, Stanley utiliza sus superpoderes para vengarse de los que lo maltrataron, ganarse la chica y vencer a los malos.
Cuando Stanley usa la máscara, muestra su lado reprimido, es todo impulso. Es el “Ello” en estado puro, que opera de acuerdo con el principio del placer, desconociendo las demandas de la realidad. ¿Cuál de los dos Stanleys es el verdadero? ¿Los dos? ¿El que se muestra tímido y torpe o el que se muestra cuando usa la máscara, cuyas acciones sólo buscan satisfacer sus necesidades más elementales?

"Una virtud simulada es una impiedad duplicada:
a la malicia une la falsedad"
San Agustín


Se puede usar una máscara con la que mostrarse mejores personas, más generosos, más amorosos o más fuertes para esconder una personalidad egoísta o insegura. Esto ya es suficientemente malo pero, ¿no es aún peor usar máscaras diferentes según convenga? Es el caso del camaleón: tipos bárbaros, que siempre caen bien… por un ratito, superficialmente. Si buscamos profundidad y compromiso, ideales por los que jugársela, hacen agua.

We Wear the Mask

WE wear the mask that grins and lies,
It hides our cheeks and shades our eyes,
This debt we pay to human guile;
With torn and bleeding hearts we smile,
And mouth with myriad subtleties.

Why should the world be over-wise,
In counting all our tears and sighs?
Nay, let them only see us, while
We wear the mask.

We smile, but, O great Christ, our cries
To thee from tortured souls arise.
We sing, but oh the clay is vile
Beneath our feet, and long the mile;
But let the world dream otherwise,
We wear the mask!

Aunque el poema de Paul Dunbar se refiere a los negros que trabajaban en las plantaciones, en realidad quisiera aplicarlo a todos aquellos que usan una máscara que sonríe, la que quiere ver el mundo, mientras en realidad el corazón sufre, pero como lo expresa el autor, dejemos que el mundo continúe soñando, la realidad molesta.

Depende ¿de qué depende?
De según como se mire, todo depende

A veces nosotros mismos le ponemos máscaras a los demás y los vemos como los queremos ver, a través de un cristal teñido por nuestros de deseos. ¿No es lo que hacemos cuando estamos enamorados? ¿Acaso no usamos cristales tan especiales que muestran a los sapos como príncipes azules?

No hay comentarios:

Publicar un comentario